Es un método específico para determinar la presencia del virus SARS CoV2 Covid-19, usando una técnica de laboratorio llamada: Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) por sus siglas en ingles. Se utiliza idealmente en pacientes que presentan síntomas en fase aguda con el objetivo de confirmar la enfermedad. 

Sin embargo también se debe realizar si el paciente tuvo contacto con una persona diagnosticada, incluso sin presentar síntomas. 

Se recomienda realizar esta prueba del 5 a 7 día después del contacto. Si se realiza la prueba antes, es posible que no detecte la presencia del virus.

Esta prueba también es solicitada para fines de viajes e intervenciones quirúrgicas.  La prueba PCR es altamente eficaz pues tiene una alta especificidad diferenciando entre patógenos similares, alta sensibilidad detectando el patógeno aun cuando sólo este presente en pequeñas cantidades en la muestra y en las primeras fases de contagio.  

Este tipo de prueba detecta material proteico del virus existente en su capa protectora, es decir proteínas que forman parte de la composición del virus (llamados también “antígenos”). Al ser detectado, se presume que el paciente contrajo el virus Sars CoV-2 y con ello, puede desarrollar la enfermedad COVID-19. Su procesamiento en laboratorio toma de 20 a 30 minutos y los resultados que se entregan son cualitativos, es decir “Positivo” o “Negativo”

Las Pruebas Rápidas de Antígenos funcionan mejor dentro de los primeros 7 días de tener síntomas sospechosos de COVID-19. Después de este periodo de tiempo, las posibilidades de arrojar un resultado falso Negativo se incrementan.

Según la situación, el médico podría recomendar una prueba PCR para confirmar un resultado negativo de la prueba de antígeno.